スケッチ 「4月3週6日」
¿Qué se le regala a un compañero de la infancia? Tomar el tren, llegar al centro, caminar, revisar el reloj y darte cuenta que todavía hay tiempo. No había una idea clara de qué regalar; hasta hace un par de horas se había considerado no regalar nada, pero una llamada de último momento antes de salir de casa había cambiado la dinámica. Un compañero del mismo salón de la infancia también iría a la fiesta. ¿Por qué los anfitriones no dan una copia de la lista de los invitados? No digo que lo hagan a propósito, aunque me ha tocado conocer personas que disfrutan invitar a sólo una parte del mismo grupo de personas sin saber cuál es el afán de dividir, porque no es cómo que estuviéramos en una ciudad y fuéramos compañeros de clase. En este recuerdo particular, éramos un equipo de trabajo, y todos vivíamos en el mismo fraccionamiento. Pero volviendo, tener una idea de los invitados te ayuda a saber (por lo menos en los de mi especie) a encontrar pequeños puntos de confort al tener que enfrentarse con tantos extraños. Mientras mi cabeza tenía un juego de recordarme que no conocería a nadie en el evento salvo a los anfitriones y que estos estarían ocupados la mayor parte del tiempo, recordé alguna serie de pasos a seguir, de preguntas a contestar y prepararme a platicar con personas al azar. El centro se movía, una feria ocupaba una de las plazas principales y el apartado postal tenía una tarjeta de una amiga que justo cumplía este día. Conozco a sus padres, a su esposa, ahora que me llamaron, también conozco a ese compañero. Al llegar me sonrieron, el hermano pequeño me saludo como si fuera un primo lejano "¿te acuerdas de mí?" decía, ahora con novia, y barba cuando la imagen venía de niños lacios de cabello corto que se iban despertando cuando su hermano y yo nos íbamos a la secundaria. Su hermana también me llamó por mi nombre, su madre me dio un abrazo. Uno tenía ocho años y ahí se la pasaba jugando en la casa del otro, un hijo más por algunas horas. En el caso de la mayoría de mis amigos solían ser hermanos menores, tenían una tendencia a la violencia, la supervivencia del más fuerte. Conocí, o me presentaron nuevas personas, mis nuevas amistades por haber llegado primero. El alcohol hizo más llevadera la tarde, la aparición de viejos compañeros, la calidez de los nuevos en la mesa. Salta el interés hacia una persona y al poco tiempo se abandona cuando aparece un niño con preguntas y peticiones al amigo de su padre con tanto pelo en la cabeza. Comienza la cuenta regresiva para volver a clases. Jugamos a niveles avanzados de inglés, incluso enviamos otras dos postales fuera del país a desconocidos. Yo creo que por nervios me es más fácil hablar con desconocidos, personas que muy probablemente no volveré a ver. Amigos de amigos, nietos de los hermanos de mis abuelos, grupos de lectura hispanohablante, personas en páginas de chat con personas aleatorias, personas en cursos y ahora también personas a las que les envío postales por parte de una página. Disfruto hablar, practico la seguridad. Es más fácil ser sincero con extraños y coincidir que da ansiedad ¿Qué hacía mi madre para cuidar a una docena de hijos extraños cuando me festejaban cumpleaños? Al final le di una botella de mezcal, y me compré un carajillo que me tomé a la mañana siguiente después del desayuno.
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